Sobre la actualidad de AMEBPBA

Ante una eventual extensión del aporte extraordinario a AMEBPBA

Los directivos de AMEBPBA y las entidades que los avalan deberían mantenernos  adecuadamente informados respecto a la actualidad de nuestra Mutual; pero lamentablemente eso no está ocurriendo y continúan sucediendo hechos que a los jubilados y pensionados nos perjudican, por sus consecuencias tanto en el servicio de salud que deberíamos recibir como en los costos que debemos afrontar.

Persiste la deficiente atención en la clínica pese a que el personal estaría cobrando los plus bancarios que reclamaban, sobre los cuales no se hacen aportes ni contribuciones. Es evidente que las sucesivas prórrogas del aporte extraordinario a cargo de activos y jubilados se están aplicando principalmente para satisfacer esas remuneraciones, dado que el COVID ya no puede ser excusa para esas prórrogas.

Consecuentemente, como venimos sosteniendo desde que apareció esta carga arbitraria, inconsulta y discriminatoria según el nivel de haberes, rechazamos el Aporte Extraordinario a AMEBPBA. No debe perderse de vista que el perjuicio causado a nuestras prestaciones es enorme, no solo por su magnitud sino porque se calcula sobre el total de los haberes, incluyendo aquellos códigos que nunca percibimos, como el aporte del primer mes de aumento a la Caja.

Lamentablemente, esta situación distorsionada y absurda de tener personal de la salud amparado bajo el convenio de trabajadores bancarios se origina en las gestiones de Comisiones Directivas que fueron siendo conformadas por miembros provenientes de las CGI del Interior, que parecen más preocupados por favorecer al gremio al que reportan que por lograr una administración sana y sustentable de la entidad. Asimismo, la anuencia de algunas entidades de jubilados convalidó el descalabro actual. En el Sanatorio Bancario, cuya patronal es ese gremio, los trabajadores están encuadrados en el convenio de Sanidad. 

Se dice que actualmente, y a consecuencia de la acumulación de sucesivas incorporaciones de empleados (¿habrá entre ellos parientes y allegados de directivos o gremialistas?) la planta de personal rondaría una cantidad de 700 o más. Sería un acto de transparencia que la Comisión Directiva aclarara esto. Es sin duda un despropósito, ya que la necesidad funcional es mucho menor, teniendo en cuenta la opinión de especialistas sanitaristas y la experiencia de otras épocas de AMEBPBA. Resulta que por el avance tecnológico una organización enorme y compleja como es el Banco cada vez demanda menos personal para su funcionamiento, pero una mutual relativamente pequeña como es AMEBPBA incrementa permanentemente sus recursos humanos, y no precisamente en profesionales de la salud, que desaparecen obligando a una rotación constante.

Es decir, el problema es estructural, de fondo. Entendemos que el costo desequilibrante es el de personal, siendo de menor incidencia lo propiamente operativo, como aparatología, insumos, etc. Muchos compañeros, de buena fe, se expresan por distintos medios interpretando que el aporte es necesario para sostener el servicio de salud, y que son más costosas las prepagas. Pero no es así, ya que la Mutual no tiene afán de lucro como ocurre con esas empresas.

Probablemente el Banco haya acotado los aportes a los servicios sociales, y se pretenda que esos fondos faltantes sean reemplazados por mayor aporte del jubilado. Pero, ante la situación que describimos, es evidente que ni un 1%, 2% o 5% va alcanzar, y seguirán queriendo contar con ese aporte extraordinario para siempre, porque está claro que lo que era transitorio está convirtiéndose en definitivo.

Merecen un comentario aparte y nuestra crítica categórica los ataques furibundos e intolerantes que padecen algunos compañeros que se “atreven” a opinar con pensamiento independiente defendiendo sus derechos e ingresos en redes sociales como Facebook. Se trata de la reacción de la corporación gremial y de personajes eternamente atornillados en asientos de las entidades de los servicios sociales, desesperados por conservar un statu quo que los favorece por preservar sus privilegios.

Pero como se observa, el aportar más no sería para mejorar el servicio y pagarle mejor a los profesionales (que se están yendo o atienden menos), sino para mantener un desmesurado número de empleados, con haberes que no corresponden a su función, e inclusive reclaman pagos como el Día del Bancario o la participación en las ganancias del sistema financiero, lo que por ridículo movería a risa si no fuera porque ahonda los problemas de AMEBPBA, de los cuales parece que el Banco se quiere desentender.