Sobre la situación de AMEBPBA

EVENTUAL EXTENSIÓN DEL APORTE EXTRAORDINARIO

Es necesario que los jubilados y pensionados cuenten con información fidedigna respecto a lo que está pasando con la Mutual, y sus consecuencias tanto en el servicio de salud que debe prestar como en el bolsillo de los afiliados. Los directivos de la misma y las entidades que avalan a esos directivos deberían ser quienes informen adecuadamente, pero lamentablemente eso no está ocurriendo mientras siguen sucediendo hechos que nos perjudican.

La deficiente atención en la clínica se ve agravada por recurrentes medidas de fuerza de parte de su personal, avaladas directamente por la Asociación Bancaria (ávida de todo aporte que pueda recaudar) e indirectamente –con su silencio- por las gremiales del Banco y demás entidades que representan a afiliados. De acuerdo a lo que ha trascendido, reclaman pagos de conceptos por los cuales no se hacen aportes ni contribuciones y que los jubilados nunca cobramos. Aparentemente se amparan en un convenio laboral de trabajadores bancarios, cuando sus tareas propias del servicio de salud nada tienen que ver con eso y es imposible afrontar su financiamiento por no ser sustentable la relación entre ingresos y egresos.

Lamentablemente, esta situación distorsionada y absurda se origina en las gestiones de Comisiones Directivas que fueron siendo conformadas por miembros provenientes de la CGI del Interior, que parecen más preocupados por favorecer al gremio al que reportan que por lograr una administración sana y sustentable de la entidad. Asimismo, la complicidad por conveniencia de algunas entidades de jubilados hizo su aporte para el descalabro actual. Se dice que actualmente, y a consecuencia de la acumulación de sucesivas incorporaciones de empleados (¿habrá entre ellos parientes y allegados de directivos o gremialistas?) actualmente la planta de personal rondaría una cantidad de 700 o más, lo que estaría bueno que la Comisión Directiva aclare. Esto es un despropósito, ya que la necesidad funcional es mucho menor, teniendo en cuenta la opinión de especialistas sanitaristas y la experiencia de otras épocas de AMEBPBA.

Es decir, el problema es estructural, de fondo. Entendemos que el costo desequilibrante es el de personal, siendo de menor incidencia lo propiamente operativo, como aparatología, insumos, etc. Muchos compañeros, de buena fe, se expresan por distintos medios interpretando que el aporte es necesario para sostener el servicio de salud, la atención médica que es irrenunciable para todos. Pero no es así. Es evidente que el aporte extraordinario fundamentalmente surge para financiar sueldos del personal, y las eventuales deudas que reclaman. Prueba de ello es el deterioro que padecemos en los servicios, en el funcionamiento de la clínica, la deserción de profesionales médicos, especialistas e instituciones de análisis y diagnóstico, el aumento de copagos, etc.

Probablemente el Banco haya acotado los aportes a los servicios sociales, y se pretenda que esos fondos faltantes sean reemplazados por mayor aporte del jubilado. Pero, ante la situación que describimos, es evidente que ni un 1%, 2% o 5% va alcanzar, y seguirán queriendo contar con ese aporte extraordinario para siempre y si es posible elevando el porcentaje real, porque ya está claro que lo que era transitorio está convirtiéndose en definitivo.

Merecen un comentario aparte y nuestra crítica categórica los ataques furibundos e intolerantes que padecen algunos compañeros que se “atreven” a opinar con pensamiento independiente defendiendo sus derechos e ingresos en redes sociales como Facebook. Incluso se ha publicado una nota privada dirigida a AMEBPBA, cuya directiva debería explicar cómo se ha filtrado. Se trata de la reacción de la corporación gremial y de personajes eternamente atornillados en asientos de las entidades de los servicios sociales, desesperados por conservar un status quo que los favorece por preservar sus privilegios.

Si fuera necesario y demostrado con información, seguramente los afiliados no tendríamos inconveniente en hacer un aporte razonable y equitativo. Pero como se observa, el aportar más no sería para mejorar el servicio y pagarle mejor a los profesionales (que se están yendo o atienden menos), sino para mantener un irracional número de empleados, con haberes que no corresponden a su función y que aun reclaman sumas que no corresponden y seguramente de abonarse ahondarán los problemas de AMEBPBA, de los cuales parece que el Banco se quiere desentender.