Oportunidad para que los jubilados y pensionados reflexionemos

Los 200 años del Banco han puesto de manifiesto claramente que los jubilados y pensionados del Banco han sido hasta ahora ignorados por sus autoridades, pese a haber sido un pilar fundamental para que la Institución subsistiera y alcanzara la posición destacada en la que se encuentra. No obstante, creemos que nunca es tarde para que quienes conducen el Banco modifiquen su actitud.

Nuestra entidad no fue invitada a participar de ningún festejo; pero, más allá de la descortesía, fue un alivio para nuestros dirigentes evitar la incomodidad y contradicción que hubiera sido confraternizar con quienes participaron, cuando la totalidad de los beneficiarios de la Caja resultaron excluidos de todo reconocimiento concreto.

En el marco de esta situación, permanece un amplio abanico de circunstancias que explican la pérdida de derechos e ingresos de los jubilados y pensionados, y es bueno que juntos reflexionemos al respecto:

  • Sigue vigente la ley 15008 y por parte de la Provincia no existe interés alguno en solucionar el problema que más afecta a nuestros haberes, como es la recomposición del nivel de los mismos según la evolución de la paritaria bancaria desde enero de 2018. El proyecto presentado ante la Legislatura es una burla hacia los beneficiarios de la Caja, ya que contempla la modificación del sistema de actualización de los haberes, pero a partir de la puesta en vigencia de la eventual nueva ley, consolidando la pérdida que hasta el momento ya lleva más de cuatro años y medio.
  • En busca de reparar el daño mencionado, una gran cantidad de jubilados ha recurrido a la Justicia, obteniendo en primera instancia amparos a su favor respecto a la inconstitucionalidad del Art. 41 de la 15008 (sistema de actualización de los haberes) pero, hasta ahora, solo unos pocos lograron incorporar en la medida cautelar la recomposición del haber desde el momento en que iniciaron su reclamo. No obstante, es esperable que, con el transcurso del tiempo y de mantenerse en las siguientes instancias el mismo criterio judicial, resulten mejorados sus ingresos. Si hubiera voluntad política de reparación del daño causado por la 15008, la Legislatura simplemente debería derogarla y restituir la 13364/13873, agregando una normativa que, al menos paulatinamente, restituyera a los beneficiarios de la Caja las diferencias no percibidas por haberse aplicado una ley inconstitucional. ¿Por qué no lo hacen?
  • Persiste y podría persistir más agravado (12% en lugar de 10,82%) el Aporte del Beneficiario Mensual con que los jubilados y pensionados durante el año nos pagamos a nosotros mismos algunas de las prestaciones mensuales. Lamentablemente solo nuestra entidad reclama por este tema.
  • Lo mismo ocurriría con el Aporte del Beneficiario por cada incremento de prestaciones, y les recordamos que habiendo solicitado nuestra asociación civil que ese aporte sea efectivizado en tres cuotas mensuales, ni siquiera se ha considerado por el Directorio de la Caja. Por este asunto también somos los únicos que reclamamos.
  • Desde el año 2004 miles de nuevos jubilados no fueron reconocidos con la entrega de la medalla de oro por su desempeño en el Banco, y solo nuestra entidad sigue reclamando por ello.
  • Los jubilados y pensionados no acceden a préstamos familiares con tasa reducida.
  • Como se sabe, los pagos en negro o gris nunca fueron tomados en las liquidaciones de nuestros haberes iniciales ni tampoco en su ajuste cuando correspondía. Tampoco cobramos nada por el Día del Bancario, el Aniversario del Banco, la participación en las ganancias del sistema financiero, etc.; pero con aportes descontados de nuestros haberes la Mutual paga esos conceptos sin aporte al personal de la Mutual (considerado bancario). Es difícil entender este absurdo.
  • La falta de fondos de la Mutual, con reclamos de sus directivos por la restricción de los aportes del Banco sobre comisiones e intereses, ha provocado que los jubilados y pensionados deban aportar extra sobre el total de sus prestaciones, mientras que los activos lo hacen sobre una parte de sus haberes (excepto a la Asociación Bancaria). Además, este aporte “extraordinario” se ha convertido en habitual, tergiversándose los motivos declarados que le dieron origen.
  • Cada jubilado y pensionado viene aportando durante muchísimos años (desde el inicio de su actividad en el Banco) a los servicios sociales y especialmente a la Mutual, y no por eso tiene significativos menores costos en los mismos, padeciendo además el evidente deterioro en las prestaciones.
  • Seguramente cada uno puede mencionar otros derechos e ingresos que fueron conculcados o deteriorados y podrán contribuir a agregarlos a la larga lista que ahora enumeramos, pero que sin claudicación venimos reclamando solo con el respaldo valioso de los beneficiarios de la Caja.