Causa y consecuencia del aporte extraordinario a AMEBPBA

Se aproxima la finalización del año y, por lo tanto, la fecha en la que la comisión directiva de AMEBPBA decidirá sobre la continuidad o no del aporte extraordinario a cargo de los afiliados y, eventualmente, sobre su aumento o disminución.

Cabe recordar que este aporte sorprendió a activos y jubilados al ser impuesto arbitrariamente con la excusa de la pandemia de COVID, presentado en la oportunidad como una medida provisoria ante la emergencia, pero en la práctica se convirtió en permanente dada su continuidad ininterrumpida hasta ahora, cuando la pandemia es un triste y lejano recuerdo.

Como ya expresáramos, no tenemos conocimiento de consultas previas o alguna asamblea en la que los afiliados hubiéramos tenido oportunidad de opinar sobre un descuento obligatorio que se decidió en detrimento de nuestros haberes. Tampoco se entiende la causa que llevó a aplicar porcentuales variables arbitrarios según los ingresos, desestimando las necesidades familiares o compromisos financieros que en la realidad afronta cada afiliado.

No obstante, el desfinanciamiento de AMEBPBA no parece haber sido solucionado, con el riesgo que ello implica en cuanto a costos para los afiliados y, peor aún, mayor deterioro en las prestaciones. Ante esta problemática, es imprescindible no perder de vista sus causas, a fin de intentar revertirlas.

Nuestra entidad junto con otras representantes de los jubilados y pensionados mantuvimos reuniones con las autoridades de la Mutual, y en esas oportunidades se identificaron dos causas predominantes que están provocando el desfinanciamiento de nuestro sistema de salud.

Sin duda la más gravitante es que la actual administración del Banco desde el inicio de su gestión no cumple con la obligación de contribuir con el 2% sobre intereses y comisiones, como sí lo hicieron todas las anteriores gestiones, independientemente de su color político. Esta decisión fue adoptada por el directorio del BAPRO presidido por el Lic. Juan Cuattromo antes de la pandemia; la mantuvieron durante la vigencia del COVID a pesar del incremento de la demanda e insumos del servicio de salud en aquel momento y persiste hasta hoy.

En los hechos, se trata de una demostración de indolencia de dichas autoridades, porque se desentienden, no se encuentran comprometidas con el cuidado de la salud de sus trabajadores activos y retirados. Esta defección es francamente contradictoria con su relato ideológico.

El otro factor que pesa mucho en los costos de la Mutual es estructural y lo hemos explicado en muchas oportunidades. El personal de AMEBPBA que presta servicios inherentes a la salud se encuentra amparado bajo un convenio de trabajadores bancarios, de modo que cuenta con un régimen de trabajo y remuneraciones insostenible para la entidad. Además, la plantilla es muy numerosa.

El financiamiento de AMEBPBA tiene como fuentes al Banco (que no está contribuyendo con lo que le corresponde), a los trabajadores activos (que no aportan sobre la porción no remunerativa de sus ingresos) y a los jubilados (que aportamos por el 100% de nuestros haberes). No obstante, los trabajadores de la Mutual perciben sus haberes bancarios y, además, pagos no remunerativos, cuando AMEBPBA no recibe contribuciones del Banco ni aportes de los afiliados para financiar tales haberes. Más allá de los merecimientos del personal, la ecuación económica es a todas luces inadecuada e insustentable si se pretende una administración sana. La situación es tan absurda que en el mismísimo Sanatorio Bancario los trabajadores están encuadrados en el convenio de Sanidad.

Ahora bien, la consecuencia del aporte extraordinario ideado por las anteriores autoridades de AMEBPBA, por razones no explicadas se ha ensañado con los afiliados jubilados. Este aporte tiene el agravante de representar una carga superior a la de los activos, tal como explicamos numéricamente en nuestro comunicado del 18/09/25. Se trata de una discriminación injustificable.

La inequidad es mayor aún si se tiene en cuenta, como señaláramos repetidamente, que a los jubilados y pensionados el aporte se aplica sobre el 100% de sus remuneraciones (incluyendo SAC y RES) y hasta sobre aquellas que no cobran (por el aporte del primer mes en cada incremento de las prestaciones) mientras que los activos solo contribuyen sobre una parte de sus ingresos, dado que reciben pagos no remunerativos significativos, sin aportes ni contribuciones a la Mutual ni a los demás servicios sociales; aunque a la Asociación Bancaria aportan sobre todas las remuneraciones.

No es tolerable que los jubilados y pensionados aporten más, razón por la que aspiramos a que este aporte extraordinario vaya disminuyendo hasta desaparecer, y que no se siga discriminando a los jubilados con relación a los activos en las escalas y alícuotas.

Recientemente se ha renovado la comisión directiva de AMEBPBA, incluyendo un nuevo presidente. Deseamos a dicha comisión el mayor de los éxitos en su gestión, porque ello redundará en beneficio de todos. Tengan la convicción de que pueden contar con nuestra entidad y sin duda con las otras que representan a los jubilados y pensionados, para colaborar en todo lo que esté a nuestro alcance.

Por lo expuesto, deseamos continuar dialogando con las autoridades de AMEBPBA, para expresar las inquietudes que recibimos de nuestros socios (origen del presente comunicado), aportar ideas y explorar posibles soluciones a las dificultades que estamos planteando.