El reconocimiento del Banco no alcanza a todos sus trabajadores
Hemos tomado conocimiento que en el próximo mes de noviembre el Banco hará una nueva entrega de medallas de oro a sus empleados que se jubilaron el año anterior y a los que se fueron retirando durante el corriente año. En virtud de ello deseamos expresar nuestra satisfacción por ese agradecimiento institucional y felicitar a quienes se han hecho merecedores del mismo.
Sin embargo, la circunstancia nos obliga a destacar una vez más que el Banco continúa, por olvido o indolencia, en deuda con muchos de sus trabajadores jubilados a partir del año 2003 a los que no les hizo reconocimiento alguno, hasta que a partir del año 2008 y a consecuencia de los reclamos efectuados por Grupo Siglo, se logró recuperar esa tradición histórica.
No obstante, la situación actual aún configura una realidad que resulta dolorosa por ser discriminatoria y profundamente injusta: la mayoría de las generaciones de trabajadores del Banco recibió o recibirá este año y los subsiguientes la medalla de oro; pero una minoría de compañeros (ya jubilados) carece de tal distinción sin ser culpables de nada, castigados por el hecho fortuito de haber cumplido los requisitos para el premio en una época en que las autoridades de turno decidieron, arbitraria y discrecionalmente, violar una costumbre consolidada desde hace muchos años que une al Banco con quienes le han servido durante toda su vida laboral.
Nuestra entidad viene reclamando reiteradamente por esta cuestión, además de dirigirse por escrito al anterior Presidente del Banco y al actual, incluyendo solicitudes de entrevistas para plantear este y otros temas, pero al momento no obtuvo ninguna respuesta.
En consecuencia, reiteramos nuestra petición para que sea subsanada la irregularidad que nos ocupa, e instamos a las actuales autoridades del Banco a que adopten las medidas necesarias para que todos sus trabajadores, en condiciones de equidad e igualdad, cuenten con el reconocimiento que merecen.