Como ya informamos, durante la reunión que jubilados y pensionados realizamos en el Subsuelo de Casa Central el 04/07/18, directivos de nuestra entidad se comunicaron con el despacho del Director del Banco y Vicepresidente de la Caja Dr. Diego Rodrigo, a fin de solicitarle una entrevista para tratar diversos temas de sumo interés para los beneficiarios de la Caja.
En la oportunidad, desde la Secretaría del Dr. Rodrigo se nos indicó que en ese momento no estaba en el Banco pero que concertarían una reunión para la “semana siguiente”, motivo por el que agendaron el teléfono particular del presidente de Grupo Siglo.
No obstante, hasta el momento no hemos sido contactados de parte de ese funcionario; de donde es lógico deducir que se trató de una excusa dilatoria sin la menor intención de concretar la reunión.
Lamentablemente, esta actitud está en línea con la que las autoridades de la Caja y el Banco vienen sosteniendo desde que se hicieron cargo de sus funciones. Se trata de eludir todo diálogo con los beneficiarios (principales afectados por las decisiones que adoptan en su gestión) lo que no puede interpretarse de otra forma que no sea falta de respeto y consideración hacia los mismos. Cabe mencionar que tampoco habíamos recibido respuestas a notas formales anteriores solicitando reuniones con los presidentes de la Caja y el Banco. Incluso ahora pareciera que también ha desaparecido la posibilidad de reunirnos con el gerente general de la Caja, Dr. Enrique Barnau, quien nos recibió en varias oportunidades.
Entendíamos que estos funcionarios, como representantes de la fuerza política que en 2015 accedió al poder en la Nación y en la Provincia de Bs. As. y lo consolidó en 2017, podrían ser coherentes con el discurso harto repetido de diálogo con todos los sectores, escuchar a los protagonistas, explicar con argumentos consistentes las decisiones adoptadas, acordar cuando surgen diferencias, etc. Pues no; en nuestro ámbito la experiencia indica que tales conceptos son solo un discurso, mientras que lo real es la imposición unilateral de medidas y la inexistencia de vocación para escuchar, dialogar y concertar. No existe diferencia alguna con el comportamiento de la gestión que los antecedió.
La máxima demostración de esta repudiable política, fue la imposición de la ley 15008 por parte de la Gobernadora Vidal y el Poder Legislativo provincial, clara consecuencia de un acuerdo político entre oficialismo y oposición, a espaldas de los afiliados activos o pasivos del Banco y de la mayoría de las agrupaciones que los representan, que carecieron de oportunidad alguna de participación, pues ni siquiera fueron informadas debidamente. Nos referimos a la mayoría de las agrupaciones ya que hay probados indicios de que ciertos gremialistas estaban al tanto de lo que se avecinaba porque contaban con información previa sobre el proyecto. La denominada “mesa de diálogo” no fue más que un fiasco y, por su parte, los medios de comunicación masivos bloquearon la expresión de los nuestros legítimos reclamos, mientras se ocupaban de difundir las malintencionadas argumentaciones de la gobernadora y ciertos legisladores, faltando a la verdad y ofendiendo a los trabajadores con el desgraciado calificativo de “privilegio” para nuestro régimen previsional, entre otras distorsiones tendientes a ganar el favor de la opinión pública.
No obstante lo adverso de la situación, nuestra entidad entiende que debemos seguir reclamando por nuestros derechos y haberes; razón por la que convocamos a una nueva reunión en el 1er. Subsuelo de Casa Central el viernes 03/08/18 a las 13 hs. Invitamos a todos los jubilados y pensionados, a sus entidades y agrupaciones y demás afiliados que compartan la necesidad de reclamar por la derogación de la ley 15008; el reajuste por el 10% de aumento del acuerdo paritario (que nos corresponde porque en enero estaba vigente la ley 13364); el injusto aporte que hacemos para pagar nuestras propias prestaciones y la falta de diálogo y respuestas sobre diversos temas que hemos planteado a las autoridades. Se tratará de otra asamblea con oportunidad de expresar cada uno sus opiniones o consultas, libre y pacíficamente.