Necesitamos recuperar integralmente el servicio de salud
Desde marzo 2020 y como medida derivada de las restricciones de aislamiento social por la pandemia de Covid 19, los afiliados del Banco carecen de su atención médica normal. Tal desprotección de hecho parecía justificada en los primeros tiempos de cuarentena pero, al prolongarse durante muchos meses la situación, la suspensión de los servicios (excepto los destinados a Covid) se fue transformando en un serio riesgo para la salud física y emocional de los pacientes. En el caso de los jubilados y pensionados se han dejado de atender adecuadamente las enfermedades prexistentes y nuevas, privándolos de un servicio esencial.
Con posterioridad a reclamos de nuestra entidad se implementó con mayores o menores dificultades un servicio de entrega de medicamentos a domicilio, cuyo costo actualmente es con cargo al beneficiario, desconociendo por nuestra parte si abarca a todos los afiliados.
Se interrumpió toda atención no Covid en consultorios de la clínica, lo que no ha ocurrido en la mayoría de las prestadoras de salud, que los brindan funcionando con protocolos ideados para la pandemia. La Mutual directamente cortó la posibilidad de atención médica por enfermedades preexistentes, reemplazándolo tardíamente por una modalidad con turnos y atención telefónica remota que generalmente funciona con mucha dificultad o no da respuesta suficiente a los requerimientos. Es limitada la disponibilidad de profesionales abocados a este servicio, pareciendo que la mayoría del plantel médico existente pre pandemia no estaría atendiendo.
Desde el primer momento de la cuarentena los trabajadores de la salud fueron calificados por las autoridades como esenciales, privilegiándolos con toda justicia con medidas tales como facilitarles la circulación para que concurrieran a sus puestos de trabajo a fin de prestar sus valiosos servicios. No obstante, por lo que observamos, en la clínica AMEBPBA y en la administración de la calle Bolívar se produjo una disminución significativa de la actividad, con escasísima presencia de empleados, a pesar de la voluminosa plantilla de personal. Desconocemos si tal circunstancia se debió a presiones gremiales, que al amparo del convenio colectivo vigente, hayan hecho que trabajadores de la salud se comporten como el resto de los empleados bancarios (la mayoría inactivos desde hace meses) en lugar de prestar la función esencial que necesitamos.
En la actualidad está aplacada la propagación de contagios por el virus, y es claro que se trata de una enfermedad con la que la sociedad debe aprender a convivir, pero sin paralizar completamente sus actividades productivas, sociales y de atención de salud y educación. Según el titular del PEN ya no hay cuarentena.
En consecuencia, entendemos necesario que se reinicie la modalidad de solicitud de turnos por las vías tradicionales y se restablezca la atención normal en la clínica con los profesionales de todas las especialidades. Obviamente, tal funcionamiento debería ser con los cuidados correspondientes, con turnos con más separación de tiempo, distanciamiento entre personas, medios de protección, etc., pero posibilitando una atención general en el horario normal de 8 a 20 horas.
Previendo que posiblemente sea grande la demanda para atención en consultorios y para los diversos estudios, debería también habilitarse la concurrencia a otros centros adheridos o a adherir a la Mutual, reconociéndose al afiliado el reintegro correspondiente, que en algunos casos hasta podría ser menor al costo de hacer lo mismo por parte de la clínica.
Esperamos recuperar pronto el sistema de atención integral al afiliado. Como siempre, quedamos a disposición de las autoridades de AMEBPBA para colaborar, a pesar de la falta de contacto desde que planteamos propuestas, que aparentemente no fueron consideradas.