Nuestra entidad siempre entendió que la extensa y dedicada trayectoria de cada empleado del Banco debe y merece ser reconocida.
Desde su creación Grupo Siglo bregó y reclamó para que fueran entregadas las medallas de oro que cumplían con ese objetivo, y al fin se había logrado recuperar tal tradición por parte del Banco, de modo que los compañeros que se fueron jubilando a partir del 2008 obtuvieron todos los años la entrega que les correspondió; al menos hasta el año pasado.
Sin embargo, todavía permanece vigente una gran deuda con muchos afiliados jubilados a partir del año 2003, ya que pese a los numerosos reclamos y reiterados pedidos al anterior Presidente del Banco y al actual desde diciembre 2011 (a quien también por escrito se le ha reclamado por este y otros temas) al momento no se ha obtenido una respuesta favorable, lo que alimenta la sospecha de que no habría intención de corregir tan dolorosa e injusta discriminación.
Otra entidad ha notificado a jubilados y pensionados que el actual Presidente del Banco les habría asegurado que se repararía esa injusticia, pero estamos llegando a fin de año y nada de eso ha pasado ni parece que fuera a pasar. Esperemos que no haya sido solo una expresión de deseos que no resultará en realidad.
Por el contrario, pareciera que los usos y costumbres tornan en sentido inverso, ya que consultados jubilados actuales que deberían recibir en estos próximos días la medalla de oro, no cuentan hasta el momento con ninguna notificación al respecto. Por ende, no solo podría permanecer impaga la deuda de gratitud con muchos afiliados, sino que hasta podría incrementarse por incorporar a otros.
Las autoridades del Banco tienen la palabra y los dirigentes de jubilados que han creado expectativas al respecto también.
Nosotros seguiremos reclamando por condiciones de equidad e igualdad en el tratamiento de quienes han servido al Banco, para que todos tengan el reconocimiento que se merecen.